Los bomberos forestales estudian ir hasta Madrid para mejorar su situación


Reivindican los doce meses de trabajo para realizar una buena labor
ABC/R. JULIÁN / CIUDAD REAL
Día 27/08/2012

Llevan desde principios de verano manifestándose en sus puestos de trabajo sin visos de cejar en su empeño por mejorar su situación. Los bomberos forestales de los Parques Nacionales de las Tablas de Daimiel, Cabañeros y Quintos de Mora de Toledo han visto cómo en el último año sus condiciones «han empeorado», según Isaac Viñas, secretario regional del Sindicato Independiente de Bomberos Forestales, «o el servicio mermado a causa de los despidos».
Todos los fines de semana se reúnen en torno a 15 personas en el centro de interpretación de los diferentes Parques Nacionales. En las Tablas de Daimiel, los profesionales permanecen desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche revindicando su servicio, al mismo tiempo que informan a los visitantes de su situación. «Con esta campaña de sensibilización llegamos a todos los rincones», explica Viñas, quien remarca que «como no queremos que se merme el operativo, nos apoyan los compañeros de Geacam». El secretario regional afirma que las movilizaciones no les impide realizar bien su trabajo. Una labor que las actuales medidas de ajustes realizadas por el gobierno regional la acotarán a seis meses. «Los incendios se apagan en invierno, no en verano», critica Viñas, porque, según este profesional, las labores de limpieza de montes que se practica en la época invernal son de vital importancia para evitar los incendios que se producen en verano; por lo que reivindica los 12 meses de trabajo para realizar una buena labor.
Desconcierto
«Los unos nos echan al pozo y los otros nos ponen el peso»
En pleno agosto, y con más de dos meses de movilizaciones a sus espaldas sin el resultado esperado por parte del sindicato, Isaac Viñas no pudo evitar confesar ayer que si no mejora la situación, se plantean acciones mayores. «Contemplamos ir a Madrid, al Ministerio, pero no hay nada decidido», explicó.
La situación de estos bomberos, que revindican su profesionalidad desde el fatídico suceso de Guadalajara, exigen una mayor atención hacia su sector. No solo se levantan cada día con la incertidumbre desde los últimos despidos -desde noviembre, 8 personas se fueron al paro y 86 trabajadores vieron reducida su jornada-, sino que se quejan además de unas condiciones laborales que creen «injustas» para la labor «tan importante» que hacen en los parques nacionales. «En las Tablas de Daimiel los trabajadores no tienen donde ducharse después de realizar tareas inhumanas en pleno agosto». Viñas se queja de que con las altas temperaturas estan obligados a hacer tareas de desbrozo que se deben hacer en invierno, y que durante el verano se hace más arduo por las condiciones metereológicas. «Seguro que los directores de parques tienen su ducha en su oficina», critica el secretario regional del sindicato.
A pesar de que los bomberos forestales comenzaron sus protestas más revindicativas desde que Cospedal asumió la presidencia de la región, lo cierto es que su situación se empezó a «devaluar» desde el gobierno anterior, según cuenta Viñas. «Los unos nos echan al pozo, los otros nos ponen en el peso para mandarnos al fondo», se queja. Es el título también de un escrito en el que el responsable sindical analiza las medidas de los diferentes gobiernos y como han afectado a su sector. En el comunicado, que ha llegado a todos los medios de comunicación, detalla cómo la reducción de jornada empezó a practicarse con Barreda, y cómo continuo y se perpetró con el Gobierno de Cospedal. «Estamos pagando los mismos y los más desprotegidos», escribe Viñas, cuando los políticos, remarca «deberían cometer la indignidad de decirnos que de los sueldos millonarios que cobran mensualmente se los van a congelar, cuando tendrían que hibernárselos».
La aplicación de ERES, ERTES, despidos y reducciones de jornada, sin embargo, no hace amedrentar a un colectivo que sigue trabajando, aunque con incertidumbre, haciendo valer su puesto laboral. Aunque Viñas confiesa: «En Cabañeros no pasó nada peor porque Dios no quiso».